domingo, octubre 31, 2010

Sostén este palo de escoba, que voy a cambiar la bombilla



Esto no son las luces de posición del batmóvil, son las dos lámparas de la campana extractora de la cocina, fotografiadas con un tiempo de exposición de 20 segundos mientras están apagadas. ¡Córcholis! ¿Un fenómeno de fosforescencia? ¿Bioluminiscencia? ¿Las caras de Bélmez, ahora en Alemania? No, son algo más mundano: Son 30 voltios en los bornes de las lámparas que he medido con el Sr Fluke y que no serían visibles si usara una bombilla incandescente, pero que iluminan tenuamente ahora que he puesto unas lámparas LED.

No hace falta ir muy lejos para encontrar al culpable del "escape":

El interruptor 7/8
"Interruptor siete octavos", cariñosamente, por esa graciosa habilidad galvánica suya de dejar pasar 30 de los 230 voltios en la posición de apagado. Y aunque todos estéis pensando ahora lo mismo ("¡menudo chanchullo se llevan entre manos los fabricantes de pseudo-interruptores con los proveedores de energía eléctrica!"), ese escándalo lo trataremos debidamente en su momento y ahora voy a desviar vuestra atención hacia los efectos del paso de corriente eléctrica por el cuerpo humano.

Treinta voltios no parecen muchos voltios, pero no son los voltios los que hacen la pupa, sino la corriente que pasa por el cuerpo. La intensidad de corriente (I) es función de la tensión (V) y de la impedancia o resistencia (R) según la Ley de Ohm: V = I * R. La impedancia del cuerpo humano varía de persona a persona, pero tomando una media de 3250 ohmios de impedancia* de mano izquierda a mano derecha con la piel seca, despejamos de la fórmula anterior que, partiendo de un contacto con los 30V, más de 9 mA de corriente alterna se te pasearán entre pecho y espalda (y en el caso de niños o p.ej. de tener la piel húmeda, la impedancia es menor y la corriente mayor). Y recalco que es corriente alterna ya que en las áreas de baja tensión (<1000V) es más peligrosa que la contínua, porque su frecuencia de 50 Hz puede interferir con la delicada fase del latido de corazón.

Aunque 9 mA no te van a producir fibrilación ventricular, están cerca del umbral de 10 mA ("umbral de no soltar") tras el cual aparecen contracciones musculares. Por cierto, que se llama "de no soltar" porque debido al mayor desarrollo en el cuerpo de los músculos flexores frente a los extensores, las contracciones en las manos llevan a una flexión y "agarre" a la fuente de corriente, y con ello potencialmente a un mayor tiempo de exposición. Las consecuencias de un mayor tiempo de exposición pueden ser que la piel de los dedos coja un colorcito grisáceo y una superficie rugosa, incluso un enrojecimiento con hinchazón en los bordes donde estaba situado el electrodo.

Nada, que ahora vas, juegas y cambias la próxima vez una bombilla "con el interruptor apagado"...

* Según la Tabla 1 del documento del INSHT, 50% de las personas no sobrepasa ese valor de impedancia para una tensión de contacto de 25V de corriente alterna.

domingo, octubre 24, 2010

Parhelio


Cuando sea mayor y me inviten desde algún país más nórdico, me gustaría ver una aurora boreal. Hasta entonces me tendré que conformar con otros fenómenos atmosféricos, como por ejemplo este fascinante parhelio:


Fotografiado desde el tren de Frankfurt a Usingen (esas manchitas en el cristal de la ventanilla...). El sol secundario tenía estelas multicolores y la Sra. Tempora-Mores lo confundió con un arco iris, pero no estaba lloviendo. El hecho de que hubiera otro sol secundario más a la izquierda del sol real (no se ve en la foto), a su misma altura y formando un ángulo de unos 20º me convenció de que estábamos presenciando algo distinto.

miércoles, octubre 20, 2010

Economía del sacrificio

¿Tienes un calentador de agua en casa? ¿Sí? Las paredes del tanque de agua se están oxidando. Probablemente sean de acero o de cinc y el oxígeno disuelto en el agua esté corroyendo el metal en estos mismos momentos. Quizá las paredes estén esmaltadas, pero esto no es protección suficiente, y si no haces algo YA, el calentador estará para tirar en unos años.

¿Te estoy asustando, verdad? Conozco los síntomas: primero una sensación de vacío en el estómago, y si no reaccionas a tiempo, un pánico irracional acaba inundando tu cuerpo. Pero para acabar con el miedo la solución está a mano y tiene forma de barra. Cuando las neuronas no rigen, algunos echan mano a la barra equivocada; yo me refiero a una de éstas:



Esta barra de magnesio se instala en el interior del tanque de agua y funciona como un ánodo de sacrificio: La barra está en contacto con la pared del tanque (que funciona como cátodo) y le cede electrones; ésos son los electrones que en la superficie del acero se combinarán con el oxígeno disuelto en el agua formando aniones hidroxilos. El magnesio se ha "sacrificado" por el acero, y el proceso continúa hasta que la barra está completamente corroída y entonces hay que cambiarla, porque si no lo haces, será el acero el que comience a oxidarse.

¿Hasta aquí todo claro? Espero que sí, porque ahora es cuando vienen las matemáticas y joden el invento: 200,81€ me ha costado cambiar el ánodo de sacrificio. El precio incluye mano de obra, costes de desplazamiento, la barra y un poco de grasa de silicona. No hay que subestimar la doble función de la grasa de silicona: por una parte facilita la introducción de la barra en el tanque y por otra lubrica mentalmente la llegada de la factura. ¿Oye, y cuánto costaría el mismo calentador nuevo? El primer resultado en Google dice que menos de 700 euros (¡y el calentador nuevo viene ya con un ánodo montado!).

Ahora hagamos cuentas: a primera vista parece que el cuarto ánodo de repuesto sobrepasa el valor del calentador completo. Pero la instalación de un nuevo calentador completo también costaría dinero: pongamos en total unos 1000€ con desplazamiento, mano de obra y material (más de mil euros no estaría dispuesto a pagar, porque si fuera a costar más, lo montaría yo mismo). Continuemos calculando: La vida media de un ánodo de sacrificio no está escrita en ningún sitio, pues depende de su material y tamaño, del volumen del tanque que protege y de las características del agua. Es por eso hay que controlar el estado del ánodo periodicamente. En las instrucciones de montaje del aparato mi fabricante sugiere un cambio del ánodo cada dos años (o cuando fluyan menos de 0,1 mA de ánodo a masa). Tomando esos dos años como referencia, con el dinero invertido en mantenimiento al cabo de diez años podría comprarme el mismo calentador nuevo (suponiendo que el modelo todavía esté disponible). Los efectos de la inflación los voy a despreciar suponiendo que los precios de los calentadores suben a la par con los del mantenimiento. También hay otros aspectos que se podrían tener en cuenta en el balance, p.ej. en Alemania el 20% del valor de la mano de obra en facturas dedicadas al mantenimiento/renovación de la casa propia se puede desgravar del IRPF, pero he hecho cuentas y esto no cambia significativamente los números.

A lo que iba: diez años. Resulta que si el ánodo de sacrificio inicial y a continuación las paredes del calentador sobreviven sin mantenimiento la corrosión durante diez años, o bien estoy subvencionando la industria china de obtención de magnesio, o bien haciendo el bobo, según se vea. Tengo una sensación extraña en el estómago, y no es miedo. Es la sensación de ser un pardillo.

viernes, octubre 15, 2010

Previously on Caprica


Último episodio de la primera temporada de Caprica. Fundido desde negro, música de percusión, logo de Syfy y comienza la habitual sinopsis introductoria a cada episodio: las escenas ya vistas se suceden rápidamente. Ahora la hermana Clarice aparece con un cartel de una bicicleta robada en la mano, mientras uno de sus maridos le llama la atención sobre el dibujo que forma la cadena... ¡STOP! ¡Rebobina! ¡Otra vez! ¿¡qué hace la hermana Clarice con un cartel de una bicicleta robada en la mano!?

Por un momento pensé que me había quedado dormido durante el episodio de ayer, porque la escena me era totalmente desconocida. Después de repasar el episodio anterior en cámara rápida de principio a fin y de asegurarme de que no me he saltado ninguno, he tenido que aceptar que la frase "previously on Caprica" que acompaña los resúmenes iniciales no ha de entenderse como "éstas son escenas de episodios pasados de la serie Caprica", sino en un sentido menos riguroso, algo así como "éstas son cosas que pasan en el planeta Caprica".

viernes, octubre 08, 2010

Estándares y Budismo



Tras tres días en un seminario sobre Gestión de la Seguridad de la Información me atrevo a lanzar al ring un par de conclusiones propias:
- Algúnos estándares parecen ser incompletos e inconcretos a propósito para que luego se forren los consultores en el área de la seguridad IT. Según uno de los ponentes (él mismo es un Lead ISMS Auditor), un auditor se lleva una media de 20.000 a 30.000 euros sólo en el proceso de certificación. Más gastos todavía si necesitas consultoría previa para introducir el proceso en tu empresa...
- Otros estándares, a pesar de su redundancia, parecen aparecer en la industria para "revalorizar" internacionalmente los productos propios. El catálogo de protección IT básica que edita la Oficina Federal alemana para la Seguridad de la Información es sin embargo un trabajo muy completo y algunos asistentes al seminario habían venido a propósito desde Austria (aunque allí hablen otro idioma) para aprender a manejar dicho catálogo. Os recomiendo que le echéis un vistazo, el enlace es una versión en inglés (aunque no es la más actual).
- Remotamente relacionado con el tema de la seguridad, pero igualmente decepcionante: otros quasi-estándares se publican sin modificación a pesar de haber insistido una y otra vez delante de los responsables, como un budista frente a una rueda de plegaria, que su contenido es ridículo.

sábado, octubre 02, 2010

Baby A is ready to play



Baby A deja hoy el hospital camino a casa, dispuesto a transformar la noche en día, llenar silencios con gritos alegres, cambiar el orden por caos, hacer un 3 de un 2.