martes, septiembre 25, 2007

...y una gran Eszett.



Tras una solicitud del instituto de normativa DIN, el Consorcio Unicode ha decidido aceptar la letra eszett mayúscula en la nueva versión del estándar, que todavía está por publicar. Una petición similar había sido ya rechazada en el pasado, como os comenté en otra ocasión. El código hexadecimal del nuevo carácter no será 1E9C, aunque así lo sugiere la solicitud, sino 1E9E.

Arriba disfrutáis en exclusiva de una foto de la niña en el bautizo, según el tipógrafo Andreas Stötzner, aunque su aspecto definitivo variará de fuente a fuente. Esta nueva letra tendrá interesantes propiedades: al convertirla a minúscula, el resultado será -como esperado- la pequeña "ß". Pero al convertir esa pequeña "ß" a mayúscula, el resultado será "SS". El objetivo es la compatibilidad hacia atrás con software existente. De hecho, no existe ninguna regla que fuerce que al convertir una letra a mayúscula y de nuevo a minúscula, se tenga que llegar al mismo punto de partida, aunque esto sea lo que dicte la intuición.

Las reglas ortográficas del alemán no tienen nada que ver con esto y de momento no cambian.

miércoles, septiembre 19, 2007

¿Quizás un policía en la familia?



Por tercera vez estábamos en el hospital para que al peque le hicieran las pruebas de la alergia, cuando llegaron unos policías que estaban investigando el robo de un bolso. Al ver a J con su manita vendada y su carita triste, le cogieron cariño y se lo llevaron a visitar el coche patrulla de cerca, le dejaron sentarse en el asiento del conductor y encendieron la sirena para él. J estaba que reventaba de orgullo.

martes, septiembre 18, 2007

Una gran boca



La mayor parte de las bocas de incendio en este país se presentan en forma de hidrantes subterráneos. Esconder estos feos hongos metálicos bajo el nivel de tierra tiene sus ventajas y sus desventajas. Evidentemente no está permitido aparcar encima; de ello ya se encargan las prohibiciones de estacionamiento y las grúas de servicio. Y cuando nieva no sólo puede ser difícil levantar del asfalto la tapa del hidrante completamente congelada, sino que en primer lugar... ¿pueden encontrar los bomberos esa tapa bajo la capa de nieve?

Y ésa es precisamente la razón de ser de la señalización de la foto, que el ojo atento encontrará colgada en casi todas las farolas, semáforos y pilones de por aquí. La "H" indica que en las cercanías se encuentra un hidrante (también hay rótulos para tomas de gas natural, etc.), el número 100 es el tamaño de la tubería (diámetro en milímetros) y el resto son las indicaciones para dar la posición relativa del hidrante con respecto al rótulo: 18,7 metros a la derecha y 2,7 metros hacia adelante.

Con este sistema de señalización veo diversos problemas: por una parte los rótulos tienen que ser muy resistentes y por otra parte tienen que colgarse a cierta altura de forma visible en alguna construcción fija y duradera (no en verjas o vallas). Y luego está el tema de la seguridad: ¿qué pasaría si un malhechor destruyera la rotulación en torno al incendio que ha planeado, o mejor, para crear más confusión modificara sus valores con un rotulador o incluso la cambiara de lugar?

Me he preguntado si no sería más fácil y seguro que los bomberos llevaran consigo un mapa detallado con información sobre todos los hidrantes disponibles y sus coordenadas GPS. ¿Es una idea tecnológicamente viable? Veamos.

La foto nos da a entender que la precisión deseada del sistema es de hasta un decímetro. Dado el tamaño de las bocas de incendio no es necesario hilar más fino. En principio, con el GPS civil es posible realizar mediciones de posición con una precisión de varios metros en torno a un punto. La explicación para esta inexactitud se encuentra en el modo de funcionamiento de GPS. Un receptor GPS no hace más que medir su distancia a un satélite emisor que retransmite constantemente una señal horaria. Para ello, el receptor multiplica el retardo de llegada de la señal (la diferencia entre la hora que recibe y la hora de su reloj interno) por la velocidad de la misma (esto es, la de la luz). Cuando el receptor ha medido su propia distancia a tres satélites distintos, calcula el punto de intersección de tres esferas con centro en los tres satélites y con tres radios iguales a la tres distancias calculadas. Prácticamente sólo habrá una solución a ese problema matemático que se encuentre sobre la superficie del planeta y en ese punto es donde se encuentra el receptor. Además de obtener latitud y longitud, incluso también se podrá obtener una indicación de altura.

El problema de la falta de precisión aparece si se tiene en cuenta que el reloj interno del receptor GPS no está sincronizado con los relojes atómicos de los satélites, sino que tiene un cierto desfase desconocido y característico de cada receptor. Así que el retardo no se puede calcular de manera exacta y el punto de intersección de las tres esferas no es un tal punto, sino una pequeña superficie indeterminada sobre la Tierra. Para reducir el tamaño de esa superficie de indeterminación -y aumentar así la precisión- se realiza alguna medición adicional con algún satélite más para tratar de anular entre sí los efectos de la falta de sincronización del receptor.

La situación descrita hasta ahora ha sido ideal. Las mediciones de distancia no serán nunca perfectas a causa de efectos externos, como fenómenos atmosféricos o ecos multipath que distorsionan la señal de los satélites. Tampoco se pueden despreciar errores numéricos y limitaciones tecnológicas. El resultado son esos varios metros de imprecisión. Una indicación en plan "justo aquí o en varios metros a la redonda" no es aceptable para encontrar bocas de incendio bajo la nieve en una situación crítica.

Pero existe un inteligente perfeccionamiento del GPS tradicional: el GPS diferencial. Si además de medir la distancia a satélites en órbita (con todas las interferencias atmosféricas que ello conlleva), se conociera la distancia a algún punto fijo sobre la superficie de la tierra y su posición exacta, se podrían anular muchos de los errores de cálculo indeseados. Y de eso se trata en D-GPS: colocar en tierra estaciones de referencia que retransmiten (generalmente en otra banda de frecuencias distinta a la de GPS) una señal de corrección. La precisión de un receptor de GPS diferencial puede llegar a ser de 1 a 10 milímetros, que se van acumulando por cada kilómetro de distancia a la estación de referencia más próxima. En Alemania existe una densa red de estaciones GPS de referencia que haría las delicias de cualquier bombero buscando dónde enchufar su manguera.

Como desventaja de este sistema de localización de hidrantes habría que mencionar que la recepción de la señal GPS puede verse interrumpida durante tormentas con gran aparato eléctrico. O la evaluación del posicionamiento llegar a ser considerablemente lenta. La señal GPS puede incluso ser interferida artificialmente con fines disruptivos. Es más, dado que el GPS civil carece de mecanismos de autentificación, teóricamente se puede falsificar una señal GPS que los receptores confundan con la señal original. Lo que está claro es que los servicios de emergencia no pueden ampararse en tecnologías que puedan ser demasiado lentas, inexactas o llegar a fallar completamente en condiciones extremas. Y hasta ahora no he oído hablar de robos o vandalismo en rótulos de hidrantes.

¿Será quizá mejor seguir utilizando el probado sistema de los cartelitos?

lunes, septiembre 10, 2007

sábado, septiembre 01, 2007

Big Roller






Un par de fotos veraniegas...