Héroe de la guitarra

He pasado tanto tiempo sin escribir porque ahora tengo otro hobby que me roba las horas de sueño: el aprendizaje de un instrumento musical. No un instrumento cualquiera, sino la guitarra eléctrica, vaya. Precisamente porque es eléctrica me puedo poner los auriculares y no molesto a nadie en el ático en las horas avanzadas de la noche. Ya estoy entradito en años y me he despedido de poder llegar a ser un niño prodigio, aunque me defiendo. De momento domino los cuatro primeros trastes y estoy empezando a experimentar con la palanca de vibrato. Un programa de evaluación independiente me asigna el nivel "intermedio", pero hasta que no controle las técnicas del hammer-on y del pull-off no vale la pena intentar el siguiente nivel: los punteos de Slash son tan rápidos que el pulgar de la mano derecha no da abasto. Y eso que la guitarra sólo tiene una cuerda, por decirlo de alguna manera.

El entrenamiento de estas últimas semanas ha sido duro para prepararme para el día de mañana: como despedida de Navidad he concertado un duelo de guitarras con los practicantes¹ de la empresa. A mediodía en la sala de reuniones con proyector; muerte súbita. Para tranquilizaros os diré que no he estado sólo en estos intensos días de preparación, sino que ha habido un maestro al que poder seguir las huellas y pedir consejo espiritual. Aquí una foto de mi sensei y una mía.

1 Según la Sra. Tempora-Mores la edad media de mis contrincantes es de por sí un buen indicador de mi estado de madurez mental.