lunes, noviembre 12, 2007

OTOM por el calentamiento global


Nueve años tras la liberalización en Alemania del mercado de proveedores de energía, y después de admirar la última factura de la luz -esa que tenía más dígitos de los que yo habría preferido-, hemos decidido por fin cambiar de compañía eléctrica. En Yello Strom el mantenimiento me va a costar 6,46 €/mes y la corriente está a 17,28 céntimos/kWh. Yello Strom ni produce energía ni tiene redes de distribución propias, sino que es una compañía que se dedica principalmente a la compra y reventa de electrones.

Algunas otras empresas tenían precios aún más baratos, pero usaban modelos de negocio en los que o bien había que pagar un año por adelantado, o firmar un contrato de larga duración, o comprometerse de antemano a no consumir más de una cierta cantidad de energía (y pagar un pico por todo lo que pase de esa cantidad). Yo prefiero tarifa plana y sin compromisos.

Desde 2005 todas las compañías eléctricas están aquí por ley obligadas a reseñar claramente en contrato y facturas el origen de producción de la energía. De hecho, ése es el único factor diferenciador (junto con el precio) que puede ayudar a uno a decantarse por un proveedor o por otro. Éstos son los valores de Yello Strom en comparación con la media nacional:






Energía renovableEnergía fósilEnergía nuclear
Yello Strom16%32%52%
Media nacional11%60%29%


Está claro que ahora vendrán los verdes y me señalarán acusadores con el dedo: pues sí, más de la mitad de la oferta de Yello Strom es energía de origen nuclear. En la central Tempora-Mores generaremos 1,4 miligramos de residuos radioactivos por kWh consumido (frente a una media nacional de 0,8). Pero bueno... ¿y qué? ¿que no habéis visto el Telediario Segunda Edición de hoy? ¡El problema más urgente al que se enfrenta la humanidad no son mis radioisótopos de Cesio 137! ¡Son el cambio climático y el calentamiento global! (si no lo creéis, preguntádselo a Mariano Rajoy). Las asociaciones ecologistas deberían en realidad adorarme: voy a producir 257 gramos de CO2 por kWh, frente a una media nacional de 514. Y además ayudo a desarrollar las energías renovables para que tengan un papel más relevante en el futuro. Qué conciencia más tranquila que voy a tener esta noche...


Pero a lo que yo en realidad iba: lo único que quería comentar es la pequeña cantidad de gente que ha cambiado de compañía eléctrica desde la liberalización del mercado. No tengo cifras actuales, pero aquí se habla de una migración de sólo el 5% de los clientes (y el artículo no tendrá más de tres años). Y es algo que no entiendo contrastando, por ejemplo, con la feroz competencia en precios y el continuo robo de clientes en el área de las telecomunicaciones. Leyendo las FAQs en la página web de Yello Strom me da la impresión que la mayor parte de reticencia al cambio proviene del desconocimiento o del miedo ("¿De verdad que puedo cambiar de proveedor?" o "¿Qué hago si algún día se va la luz?").

2 comentarios:

JGLL dijo...

Yo creo que la razón es que en general la factura de la luz es una parte pequeña de los gastos de una familia, así que la gente (mi caso, por ejemplo) no pierde el tiempo en comparar precios.

Marcos dijo...

Aunque inicialmente mi motivación pudiera parecer económica, lo he hecho por puro convencimiento ecologista.