viernes, junio 15, 2007

Comedia situacional en un acto

(Se abre el telón. Se ve la recepción de un hotel de negocios en las afueras de Helsinki, por ejemplo éste. El reloj de la pared marca la una de la madrugada. Sobre el escenario dos personas: detrás del mostrador un recepcionista que está haciendo el turno de noche y parece algo aburrido y delante de él un joven con maleta que acaba de entrar en el hotel agotado, después de lo que parece ser un largo día de viaje y de trabajo.)

Joven: Buenas noches. Tengo una habitación reservada. Mi nombre es ...
Recepcionista: Buenas noches. Déjeme consultar... sí, cierto. Una noche, ¿verdad?
J: Correcto.
R: Lamento decirle que no nos quedan habitaciones.
J: Estooo... pero si tengo una reserva. Una reserva confirmada. Y avalada con el número de tarjeta de crédito. ¿Desea verla?
R: Sí, ya lo veo en el ordenador y no lo niego. Pero es que no quedan habitaciones.
J: ¿Y cómo puede ser eso?
R: Overbooking
J: (Atónito) ¡¿Overbooking?! ¿En un hotel?
R: Sí, no me mire así. Lo hacen todos los hoteles.
J: Lo que usted diga, pero yo conozco muchos hoteles y nunca me ha pasado algo así.
R: ...
J: (Tono firme de voz, confiando en que le den una suite) Mire... es tarde, estoy cansado y estoy seguro de que tienen alguna habitación libre por ahí arriba.
R: Lo único que puedo ofrecerle es la sauna del hotel.
J: ¿¡La sauna!?
R: Sí. Podemos improvisarle una cama allí.
J: Err... venga. Estoy SEGURO de que tienen alguna habitación libre.
R: (Descarado) Sí, ya se lo digo. La habitación improvisada de la sauna.
J: Esto es increíble.
R: ...
J: Ande, deme las llaves de la sauna. Démelas.
R: No se queje. Es una sauna espléndida para usted solo. Otras personas pagan por ello.
J: Sí, pero seguro que esas otras personas quieren ir a la sauna. Yo lo único que quiero es irme a dormir.

(Un par de minutos más tarde y de pisos más arriba se ve al joven en los vestidores de la sauna. Hay una cama improvisada sobre una camilla. Las paredes de madera despiden un calor y humedad agobiantes. Las luces de la habitación no se pueden apagar. El zumbido de una máquina de refrescos inunda el escenario. El joven se tumba, se tapa la cabeza con una toalla y murmura improperios indescifrables. Se cierra el telón.)

3 comentarios:

_-_-_-_-_ dijo...

¿Estaba hi... .. ..ta entre esos improperios?

Magneto dijo...

Kandahar, eso como poco. Menudos mamones ...

JGLL dijo...

eso es por hacer reservas en hoteles baratos...