miércoles, agosto 21, 2013

Algunos carteles mallorquines

Carteles y señales son siempre más entretenidos que fotos de turistas (medio) alemanes visitando lugares típicos en Mallorca.

De paseo por la Albufera, lo primero que me encontré fue un "prohibido el paso":


El rotulista está experimentando para comprobar si al coger un cartel cualquiera, hacerlo más pequeño y repetirlo muchas veces, su visibilidad mejora. Oye, mira: no, no mejora, pero tienes un divertido "busca las diferencias".

Esto es un cartel de "no aparcar" en plan ocultismo:


Fijaos cómo el cartel subraya la relevancia del dios del trueno en casi todas las mitologías antiguas (el jefe de los demás dioses, v. Indra/Zeus/Perun) y cómo así sugiere que la monición viene de bien arriba. Luego observad el guiño al programa espacial Pioneer y su esperanza de encontrar vida extraterrestre: la silueta de la mujer, del hombre y la mano abierta (i.e., la mano no esconde armas: el mensaje de una humanidad pacífica al espacio). Y en medio de todo ello, una nota disonante, un chirriar, un no todo es coser y cantar en el planeta Tierra, porque no siempre los países están de acuerdo entre sí, tampoco en el ámbito de la señalización vial: una señal circular de prohibición (P tachada) que en realidad no existe y que es un coqueteo con la falta de ratificación por parte de España de la Convención de Viena de 1968 sobre la Señalización Vial (uno de los pocos países en Europa que aún no la ha ratificado y que puede por tanto inventarse la señales de tráfico que le vengan en gana).


Pero ya basta de prohibiciones, vamos a promover y a incentivar. Esto es un centro de interpretación "Lorem Ipsum" subvencionado por el gobierno balear:


Yo ya les he dicho que no hace falta abrir siete horas al día, porque no hay nada que interpretar (Lorem Ipsum sólo es latín imaginario). Aunque precisamente porque es latín imaginario quizá se puede interpretar lo que uno quiera sin límites de tiempo. Mira, mejor, menos profesores de latín en el paro. Todos a Mallorca.

Sin embargo, la señalización que más me ha (pre)ocupado ha sido ésta, puesta de sopetón en medio del pasillo del hotel:


Piénsalo detenidamente: No es una elección lo que aquí se te ofrece (este otro sí es una elección). Aquí te hacen una sugerencia con un buen motivo, te transmiten casi una sensación de obligación. Te están diciendo: "si te encuentras a este lado de la línea invisible deberías correr hacia la izquierda para salvarte más rápido del incendio; si te encuentras a este otro lado, mejor tira a la derecha".

La primera asociación que tuve al ver esos dos carteles es con la línea divisoria de aguas (como la que vemos siempre en la autopista francesa de camino a España: "la lluvia de esta parte de aquí desemboca en el Atlántico, esta otra ya en el Mediterráneo"). Pero una divisoria de aguas aparece de manera natural en la orografía: ¿cómo se traduce eso a un edificio? Quizás el arquitecto haya calculado la línea exacta que equidista de las salidas de incendio. Eso explicaría por qué los dos carteles están perdidos en medio de un largo pasillo, ni siquiera hay una puerta de habitación enfrente: la geometría del edificio es como es y ahí es donde aparece la línea.

Pero recapacitemos, ¿cuál es el "caso de uso" de esta constelación de carteles? ¿sales corriendo de tu habitación en pánico al oir la alarma de incendios, desgraciadamente en el sentido equivocado, llegas a la línea divisoria y te das cuenta de que aún podrías ganar unos vitales segundos en tu escapada si das la vuelta? Seguro que a la velocidad que llevas, la maniobra de cambio de sentido es aún más costosa... no, ésta no puede haber sido la intención. ¿No sería más práctico poner sendos carteles separados, cada uno enfrente de la puerta de la habitación más cercana en el sentido de la flecha? ¿Y qué importa donde esté exactamente la divisoria?

Nota mental: Hmmm... la posición de la línea divisoria sí importa en un caso. La próxima vez vaya a hacer una reserva en un hotel, tengo que acordarme de pedir que no me den una habitación endorreica.

viernes, agosto 02, 2013

Logros en Berlín

DENIC ha sido el espónsor de la conferencia IETF 87 en Berlín, a la que han venido cerca de 1500 participantes de 74 países distintos y que, sinceramente, ha sido una de las mejores IETFs a las que he ido nunca. Si os interesa, podéis ver aquí como recibo la placa conmemorativa de agradecimiento al espónsor con mi inglés de Massamagrell (sobre el minuto 2).


En el museo de tecnología de Berlín pude admirar (una réplica de) el primer ordenador del mundo (1937), completamente mecánico: el Z1 de Konrad Zuse. Eso sí que es informática vintage.


Mi hermana (que estaba en Potsdam) y yo, en una escapada de ocio, fuimos capaces de encontrar la geocaché con más puntos favoritos del mundo: una pieza de lego escondida en una jirafa del mismo material con unas dimensiones de 6 metros de alto y un total de 350000 piezas.