martes, agosto 21, 2012

Se sufre, pero se aprende

Las vacaciones ya se te han acabado y después siempre eres algo más sabio. Pero compartir tus experiencias es fútil: ¡qué pocas son las probabilidades de que alguien se encuentre después en la misma situación que uno, de que ese alguien haya leído antes tu blog, de que se acuerde de lo que ponía en él y de que encima decida aplicar sus enseñanzas!

Improbable, pero posible, así que no te vayas todavía.

A pesar de existir en internet 450.000 entradas en inglés y otras 674.000 en alemán tratando de disuadirte, algún día llega el momento en el que en el  apartamento de alquiler no quedan pastillas para el lavavajillas, tienes que ponerlo en marcha, los supermercados ya están cerrados y piensas que no pasará nada si vacías un poco de Fairy (el milagro antigrasa) en el receptáculo de pastillas de la máquina, porque jabón es jabón es jabón... ¿o no?. Recapacita: ¿por qué crees que ibas a tener más suerte que tus predecesores? ¿es que eres químico inorgánico experto en componentes tensoactivos? ¿o simplemente necio? Resultado:




La asociación de Avistamiento de Ballenas del Pacífico prohíbe a sus navíos acercarse a los cetáceos en observación a distancias inferiores a 100m y les obliga ya a desacelerar en cuanto estén a menos de 400m. En general, durante un avistamiento te mueves lentamente en paralelo a la trayectoria animal a unos 200m de distancia. Sabes que posees una cámara Canon con un sensor APS-C de 22.2mm de anchura y que al subir a la lancha no tienes más que un objetivo de 17-85mm. No está claro que en la lancha vayan a vender teleobjetivos. Así que, con el zoom al máximo, a 200m de distancia podrás encuadrar objetos de unos 50 metros de ancho en la foto. Una yubarta normalita tiene una longitud media de 13 metros. Si estuviera levitando sobre el agua sin arquear su cuerpo serrano, esos 13 metros quedarían un poco birria como motivo principal (la cuarta parte de la imagen en anchura), pero aun así tendrías una foto de premio de National Geographic (por aquello de lo sobrenatural de la levitación). Supongamos, sin embargo, que la ballena no levita y que más bien se trata de una yubardita tímida, que sólo te enseña su aleta caudal, que estimo que tiene unos 5m de ancho (en proporción con el resto del cuerpo). La aleta está incluso algo torcida: un ángulo de 45 grados respecto al plano focal (observador) reducirá su tamaño efectivo en un factor de 0,7. Las matemáticas son implacables:

(5 x cos(45)) / ((22.2/85) x 200) =
7% de la foto (en anchura) son el motivo principal; el resto, morralla

No te extrañes pues, que la mejor foto que puedas sacar de la ballena haya sido ésta: