martes, noviembre 12, 2013

Con cariñosos saludos para el departamento de IT de Heathrow

Mis 45 minutos de Wi-Fi gratis en el aeropuerto de Heathrow se han acabado. ¿Tres libras por 90 minutos adicionales? ¿Es broma?


Hmm... eso de ahí abajo a la izquierda (Device ID) se parece mucho a una dirección MAC. ¿Para qué querrían saber los chicos de soporte mi dirección MAC? Y... ¿qué pasará si manipulo mi dirección MAC?


Lo que me imaginaba: nueva dirección MAC, nuevo usuario. Ale, a seguir trabajando:


[Publicado desde el aeropuerto de Heathrow con una dirección MAC clonada]

viernes, noviembre 08, 2013

Arte en el IETF

Durante el IETF 88 he asistido a una actuación del Ballet Pixelle. Un ballet algo especial porque ocurre en Second Life con bailarines virtuales manejados remotamente por personas desde distintos lugares del mundo.


El vídeo de arriba es de una antigua actuación (una adaptación del cascanueces), en youtube hay muchos más. El siguiente vídeo, a pesar de la mala calidad, también quería enseñaroslo porque la directora de coreografía, Zita Wenzel (que es la única de la compañía que estaba físicamente en Vancouver), hizo unos movimientos de ballet sólo para que yo los grabara:


Varias cosas me llamaron la atención:

* La precisión del control del cuerpo virtual. Practicar ballet es acerca de controlar el propio cuerpo y nunca pensé que se pudieran ejecutar figuras tan refinadas con un avatar. Según Zita, se puede llegar a dominar sin problemas las 27 articulaciones más relevantes del cuerpo humano.
* La creatividad de los participantes, inventando figuras de ballet (¡e incluso nombres para ellas!) que en el mundo real no son posibles por las desagradables restricciones de la gravedad y otras leyes varias de la naturaleza. Cuando hubo una metamorfosis en objeto inanimado en medio de la actuación aquello ya fue demasiado para mi pobre cabeza.
* La sincronización de los participantes entre ellos y con la música a pesar de la distancia.

¿Y esto del ballet virtual que tiene que ver con el IETF? Bastante. Muchos de los esfuerzos que he visto en este IETF han sido para defender Internet de una amenaza de vigilancia masiva y ubicua; la historia os sonará. El resto de esos esfuerzos, sin embargo, están repartidos en mejorar la experiencia del usuario de Internet a todos los niveles: nuevos protocolos de transporte optimizados - TCP/UDP están ya algo entrados en años, control activo de congestión de colas, menos RTTs en el diseño de los protocolos de aplicación...

Gracias a estos esfuerzos conjuntos, pasados y presentes, algo como bailar juntos desde lugares remotos del mundo ya es posible. ¡Ah! ¿No te gusta el ballet? ¿Qué me dices del jazz? Te presento el proyecto Lola:


Éste sí que vale la pena verlo hasta el final: codecs de audio/vídeo con un retardo de 5ms, más 20ms en transporte de Edimburgo a Maastricht, hacen posible la colaboración remota entre músicos en tiempo real. De momento funciona bien con jazz (algo más tolerante con retardos y jitter que otros estilos de música) sobre una red científica dedicada, pero algún día será posible con música clásica y sobre la Internet pública.

domingo, noviembre 03, 2013

Y otra vez la geolocalización

Imagínate: estás en una sala de conferencias en medio de la sesión plenaria mientras habla el chairman del IETF y de repente tu teléfono móvil se pone a sonar a todo volumen. ¿Qué vergüenza, no? Grmbphh...

Peter Löthberg (el que le puso a su mamá en casa una conexión de Internet de 40 Gbps) estaba haciendo fotos por allí como siempre y ha inmortalizado el momento en su álbum:


Y vosotros diréis: "¡Qué ganso el tipet del móvil! ¡Se lo tiene merecido!" ¡Pues no! A ver: ¡que lo primero que hago al entrar en reuniones es poner el modo vibración! Estando en modo vibración, lo único que puede sonar son las alarmas programadas, pero yo os aseguro que no me había puesto ninguna alarma en medio de una sesión de trabajo a las siete de la tarde.

Lo que yo sí me había puesto era una alarma a la una del mediodía (para no despistarme durante la comida), aunque ésa ya había sonado. Sin embargo y por cosas que pasan en estas reuniones nómadas, cuando entré en la sala de conferencias, Android o Google o la NSA o todos a la limón decidieron que estaba de nuevo en Florida (de dónde venía todo el hardware tras la conferencia de Marzo) y me cambiaron la zona horaria del móvil a UTC-5. Y puntualmente a la una del mediodía en Florida (las siete en Berlín) me volvió a sonar la alarma, para regocijo de todos y azoramiento mío.