sábado, junio 02, 2007

El círculo de la vida

La esperanza de vida de cualquier planta cae varios puntos en el momento en que entra en territorio Tempora-Mores. No sabemos cómo lo hacemos: las unas mueren víctimas de sequías espontáneas y, al parecer, luego sobrecompensamos y fallecen las otras víctimas de irrigación compulsiva.

Aquí podéis ver a dos reos, el ficus y la vid, que han sucumbido a este Abu Ghraib botánico. No ha sido posible reanimarlos con abonos de última hora. Desde un punto de vista ético, esta prolongación artificial del sufrimiento hubiera sido algo incluso cuestionable.



Así que podéis imaginaros nuestra alegría (una alegría sincera, no de tipo sádico) cuando hemos visto que todos los laureles cerezo que plantamos el mes pasado en el jardín han empezado a echar vástagos.

2 comentarios:

_-_-_-_-_ dijo...

Bueno, el ley de vida que mientras unos mueren otros nuevos nacen. Lo único que espero es que no me hagais el Chauchesku y acabéis con los más viejos.

Magneto dijo...

Bueno, el síntoma es común también en mi casa. Las plantas no me duran dos días ... Recientemente sufrimos la pérdida de un precioso ramo de margaritas ... Lástima.