jueves, marzo 02, 2006

Hipocresía

Hay pequeñeces que me ponen de mal humor. Hoy he estado pensando en la hipocresía.

Voy a la panadería por la mañana de camino a la oficina, pido un cruasán y la dependienta, muy aseada ella, me lo introduce en una bolsa de papel con unas pinzas. Pero después de pagar, al darme la vuelta para irme, veo que se pone a reordenar los cruasanes en el mostrador con las manos.

Quizá lo que más me haya afectado ha sido reflexionar y darme cuenta que yo también formo parte de ese mundo en el que lo que importa son las apariencias: poco después de recoger mi desayuno manoseado por la dependienta, al llegar a la oficina y mientras espero el ascensor siempre saludo al conserje. Más bien automáticamente, un simple "buenas". Ninguna intención de iniciar gran conversación. Pero sólo lo hago esa vez. Si vuelvo a bajar y paso por delante de su caseta, por ejemplo al ir a comer, ya no le digo nada.

Me pone de mal humor. Llamadme sensible.

6 comentarios:

Maria & Julia VV dijo...

Nano, parece que estes documentando el primer caso de Sindrome pre-menstrual masculino.
Lo de los cruasanes le pasa a todo el mundo. Ademas de algo hay que morir. Y respecto al conserje, estoy seguro que a él, tampoco le apetece contarte su vida.
Animo

Marcos dijo...

Si por mi fuera podía servir la bollería con los pies (y el mercado libre decidiría sobre el éxito de esa panadería). Lo que documento es la farsa de las pinzas. ¡Qué alivio que le pase a todo el mnudo!

Respecto al conserje: ya sé que saludarle es una formalidad y que no nos vamos a ir de copas juntos. Sin embargo habría que ser consecuente y saludar cada vez que se le ve.

No sé...

JGLL dijo...

Me gustaría ver que dice el conserje en su blog:

"hoy ha venido otra vez el español hipócrita que ni me saluda cuando me ve en el ascensor.... Un día voy a pincharle las ruedas del coche..."

Magneto dijo...

A mí también me pasan cosas así a diario. Desde luego, es algo habitual entre las personas. Nos saludamos por respeto y, si volvemos a cruzarnos ya no volvemos a hacerlo, con lo que, tal vez, estemos cometiendo una falta de respeto.

Es el pez que se muerde la cola.

Todas los días, cuando bajo a Akira (mi perro), me cruzo con las mismas personas a las mismas horas y nos saludamos. A lo largo del día, es posible que volvamos a vernos y ya no nos saludamos. Tal vez el pasear al perro nos una de alguna manera y eso nos implique a ambos para que nos "regalemos" un saludo. No se, curioso al fin y al cabo.

Anónimo dijo...

Nano, parece que estes documentando el primer caso de Sindrome pre-menstrual masculino.

Caray, Miguel, y yo que pensaba que me estaba pasando con las puyitas a Marcos...

De todas formas, Marcos, si tengo que decirte que te encuentro un poco sensible en estos últimos tiempos... digamos en los últimos cinco o séis anyos. :-P

Lo del conserje es más cuestión de costumbres. Hasta donde yo entiendo, el saludarle es más una forma de "reconocer" su presencia - por eso, cuando le saludas una vez no lo vuelves a hacer. De todas formas, en Frankfurt en mi experiencia la gente se esfuerza en evitar el contacto humano.
En Stuttgart me saluda la gente por todas partes. Por ejemplo, en la empresa, cada vez que te topas con alguien por el pasillo te saludan, aunque no les conozcas. Viniendo de Frankfurt me sorprendió un poco, pero es cuestión de acostumbrarse. Últimamente, cuando miro a alguien y me devuelven la mirada, suelo como mínimo sonreír e inclinar la cabeza.

De todas formas, estas pequenyeces siempre están relacionadas con el estado de ánimo. Concuerdo con Miguel en que estás un poco quisquilloso. Te recomiendo que dejes el café, salgas un poco por ahí, hagas deporte o practiques el sexo espontáneo con múltiples mujeres. Ya verás como te encuentras mejor. ;-)

_-_-_-_-_ dijo...

Si supieras en los sitios que he visto latas de refrescos almacenadas (y no hablo del Bombo) irías con un autoclave a todas partes.

En cuanto a lo de los saluditos, no es tan difícil coger la rutina de saludar como Dios manda la primera vez y hacer un 'checking' cada nueva vez que te encuentres a esa persona, esto es, una leve sonrisa (aunque en Suecia pensarían que estás loco si haces esto...a no ser que seas extranjero...:)), un movimiento de cejas o cualquier otra señal similar. "Ana desde Suecia" puede corregirme, pues vive allí, pero almenos en Gävle tuve la impresión que tú comentas, y es que parecía que por saludar hubiera que comenzar una conversación (lo cual no era mi intención conociendo a la gente, así que, para no iniciarla simplemente no se saludaba. Cada uno a lo suyo. Se dió el caso de cruzar tres veces seguidas con una vecina del corredor en menos de cinco minutos y no saludar ni una vez. Manda huevos. Por no mencionar gente con la que te ibas de fiesta y al día siguiente....memento. Si me he ido de fiesta contigo, no me acuerdo. Pero eso es otra historia.

Saludos.