martes, julio 16, 2013

Chispas


Después de años y años metiéndome en campos y bosques, arrastrándome por el suelo y trepando árboles... al final he cogido una garrapata (o mejor dicho, me ha cogido ella a mí).

En la central OTOM ya tenemos experiencia con este parásito: durante los años que el agente J pasó en la guardería del bosque traía a menudo sin querer una de estas mascotitas a casa. Tanto que al final acabamos embadurnando preventivamente al chiquillo con líquido repelente de insectos todos los días antes de salir de casa. Pero yo nunca había tenido una propia, por lo que éste ha sido un momento muy especial para mí.

Las garrapatas muerden fuerte y además segregan una sustancia con su saliva que se solidifica como el cemento alrededor de la mordedura, así que no se sueltan fácilmente las muy jodidas. Para quitarte una garrapata existen unas pinzas especiales: las nuestras son como este modelo. Con o sin pinzas, lo importante es que no intentes usar los dedos para este efecto: probablemente al hacer presión sobre su cuerpo devolverían parte de la sangre que ya han chupado de nuevo hacia a ti, pero mezclada con agentes infecciosos. Y es que la mordedura de garrapata no es baladí: los bichitos transmiten encefalitis y borreliosis. Alemania está en zona de riesgo de la primera enfermedad, así que hay gente que se deja vacunar antes de que les muerdan (algo no muy extendido en España, LOL). Contra la segunda infección no puedes ni vacunarte y el nombre da aún más miedo, como si saliera directamente de un episodio de House. Tendré que ver si me aparecen circunferencias concéntricas rojas alrededor de la mordedura en los próximos días.


En un momento bastante sentimental he bautizado a mi primera garrapata como Chispas, recordando el famoso anuncio ochentero. Ella me encontró a mí mientras yo buscaba el boliche de la petanca en unos matorrales bastante altos. Era pequeña y tenía hambre. Hemos estado unidos por vínculos de sangre durante algunas horas. Ahora todo acabó. Ésta es una foto suya después de habérmela quitado de encima y unos momentos antes de que se fuera a hacer su excursión final por el agujero del váter.

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