lunes, septiembre 29, 2008

Hijo, quiero hablar con tu seño



Varios aspectos inquietantes de esta instantánea que el agente J trae de la guardería (la lista no es exhaustiva):

- Los dos cañones láser en la nave apuntando y preparados para disparar... ¿o han disparado ya? (ver punto siguiente)
- Los tres únicos restos de civilización sobre el planeta Tierra: la torre Eiffel, una gran urbe sudamericana (probablemente Buenos Aires) y el RMS Queen Elizabeth II.
- Las cinco caras sonrientes en el puente de mando de la nave espacial. Seguro que eran un señuelo y se trata de adhesivos con smileys de esos de pegar por dentro del cristal. En realidad dentro de la cápsula hay dos extraterrestres de aspecto nauseabundo y sedientos de sangre.
- El punto desde el que fue tomada la foto. Dados los tamaños relativos de la Tierra y de Saturno, la cámara debe de estar mucho más cerca de la primera que del segundo. En ese caso echamos de menos a Júpiter y al Sol, que tendrían que aparecer descomunalmente más grandes que cualquiera de los otros dos. Quizá se encuentren detrás de la cámara, que no estaría en el plano de la eclíptica, quedan sin embargo esos tres otros cuerpos celestes por identificar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy señor mío:

Debo protestar enérgicamente por su caracterización de todos los extraterrestres como "...de aspecto nauseabundo y sedientos de sangre". Muchos de mis amigos son extraterrestres, y sólo algunos tienen aspecto nauseabundo.

Si usted quiere superar la estrechez de miras que ha demostrado y ensanchar sus horizontes, mi socio Kang y yo estaríamos encantados de servirle, mostrándole el grado de refinamiento de nuestra comunidad, empezando por las costumbres culinarias.

Suyo afectísimo,

Kodos el Devorador, Rigel VII

Magneto dijo...

Nano, pues yo quiero hablar con tu terapeuta ... Pasa el tiempo y cada vez estás peor ...

Muy bueno el análisis ... Me he partido de risa!!!

Anónimo dijo...

Creo que en vez de extraterrentres de aspecto nauseabundo y sedientos de sangre, a bordo podría encontrarse algo mucho más terrorífico, como cinco sonrientes teletubbies.