GPS tracking for fun and profit

Estamos de Olimpiada y la gente anda sedienta de deporte: Por las tardes sacan sus bicicletas de montaña o se van a hacer senderismo, y los más fanáticos llevan consigo su receptor de GPS, para poder luego analizar y optimizar las rutas que han seguido. Como yo soy de los que sólo consumen deporte delante del sofá pero al mismo tiempo un geek de pro, he hecho un seguimiento GPS... del tren que me lleva por la mañana al trabajo (TaunusBahn línea 15, trayecto Usingen-Frankfurt, con transbordo en Bad Homburg).

Equipo: GPS Redtell Xpresso Bluetooth (os puedo asegurar que el que estaba sentado enfrente en el tren me ha mirado rarito al poner yo una miniatura electrónica con una luz parpadeante azul/roja delante de él sobre la mesa) y mi HTC TyTN en el bolsillo
Programa de captura: Turbo GPS para Windows Mobile


Con Turbo GPS se pueden visualizar en la PDA las rutas en 2D (p. ej. imagen arriba, con 214 puntos de referencia) y 3D (incluyendo alturas) a medida que se van capturando, además de poder exportar después los datos en formato KML y GPX. El formato KML se puede entonces importar en Google Earth o en Google Maps y así obtener resultados más impresionantes al superponer la ruta realizada a las imágenes del satélite:

Ver mapa más grande

Google Earth ofrece la posibilidad de rememorar el trayecto en modo "vista de pájaro" y Google Earth Pro ofrece incluso exportar el viaje de tren virtual a un fichero de vídeo (pero la licencia del Pro-gramita cuesta muchos dineros). Hay algunos servicios en línea que aceptan tus rutas en formato GPX con el objeto de promediarlas con las rutas de otras personas y así eliminar los errores de precisión del GPS. También te calculan estadísticas y gráficas de distintos tipos, por ejemplo, perfiles de altura y velocidades medias a lo largo del trayecto:


"Bueno", diréis, "mucha tontería técnica, ¿pero eso del seguimiento GPS tiene alguna utilidad real?" ¡Por supuesto! Es el procedimiento de emergencia que el Teseo moderno tiene para salir del laberinto de maíz con el cielo amenazando ruina, el hijo de tres años sobre sus hombros porque ya está cansado y la hija de seis meses en el carrito con el llanto a flor de piel.